Iniciativa contra la malaria

Si bien es prevenible y curable, la malaria continúa siendo una de las enfermedades más mortales en los países en desarrollo. Unas 3200 millones de personas —casi la mitad de la población mundial— corren riesgo de contraer malaria, y el África subsahariana tiene una parte desproporcionadamente alta de la carga de malaria global. Aunque los países de África han ampliado las estrategias para controlar la malaria, un control y un tratamiento eficaces presentan enormes dificultades logísticas, ya que muchas de las poblaciones en riesgo viven en condiciones de extrema pobreza en zonas rurales remotas¹. Llegar a comunidades remotas con malos sistemas de transporte y garantizar que no se agoten los suministros farmacológicos constituyen algunos de los mayores obstáculos para eliminar la malaria. En 2015, 95 países y territorios —incluso América Latina, Asia y, en menor medida, el Medio Oriente— tuvieron una transmisión de malaria continua².

Durante más de una década, la Iniciativa contra la malaria de Novartis ha sido precursora en la lucha contra esta enfermedad. Centrada en el acceso, el tratamiento, la Investigación y el Desarrollo, y el fomento de las capacidades, la iniciativa es el mayor programa de acceso a medicamentos dentro de Novartis y se mide a través del número de pacientes a los que se llega cada año. Junto con nuestros socios y con nuestro continuo enfoque centrado en el paciente, estamos comprometidos con el objetivo común de eliminar la malaria.

La Iniciativa contra la malaria de Novartis se centra en llevar a cabo investigaciones y desarrollos para la siguiente generación de antipalúdicos, mejorar el acceso al tratamiento y ayudar a las comunidades a brindar una mejor atención sanitaria. Operada por Sandoz —la división de genéricos y biosimilares de Novartis—, la Iniciativa contra la malaria es uno de los programas farmacéuticos de la industria con mayor acceso a la medicina. Desde 2001, la iniciativa ha brindado más de 800 millones de tratamientos sin lucro, incluidos 300 millones de tratamientos pediátricos solubles, mayormente al sector público de los países con endemia de malaria.

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